Redoble de tambores, por favor: Judy Moody está a punto de convertirse en una extraordinaria banda de una sola chica que recoge caca y monta en burdéganos mientras toma su propia lista de deseos. Judy está visitando a la abuela Lou un día cuando accidentalmente encuentra una lista súper misteriosa de actividades: ¡una lista de deseos! Lo que le da a Judy una idea: ¿Qué tan raro sería si hiciera su propia lista oficial de todas las cosas que quiere hacer antes de comenzar el cuarto grado? Muy pronto, Judy comienza a correr tratando de tachar todos sus elementos: aprender a hacer una voltereta lateral, inventar algo genial, ir a la Antártida (la real), montar a caballo, y la lista continúa. Pero, ¿qué sucede si la abuela Lou logra todo lo que está en su lista? ¿Significa eso que estará lista para...? ¿estirar la pata?