A raíz del boom literario de la saga de Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James, ha crecido exponencialmente el interés de los lectores/as por la narrativa erótica. ¿Por qué? Porque el erotismo literario hace volar nuestra imaginación muchísimo más que una película o una página web. Las palabras resuenan en nuestra cabeza dando forma a una historia que es realmente única, pues nadie más podrá recrear de la misma manera lo que estamos imaginando cada uno de nosotros al leer esas letras. Eso es libertad, pasión sin censuras, deseo, mucho amor y romanticismo, entusiasmo, entretenimiento, ¡fantasía!, un sinfín de aspectos que derivan en el elemento fundamental de la vida: la felicidad. ¿Somos más alegres por el simple hecho de disfrutar la lectura de relatos eróticos? No, pero sí seremos mucho más felices si liberamos sentimientos que tenemos encerrados en lo más profundo de nuestra alma?